lunes, 27 de octubre de 2008

El universo y la estupidez humana carecen de límites

Una cosa harto evidente es que, al menos desde lo discursivo, los gobiernos se preocupan por los trabajadores y por la mantención de las fuentes de trabajo.

En función de ello, toman las medidas que juzgan más pertinentes. Lo que llama la atención, es que a veces estas medidas son diametralmente opuestas de un país a otro.

En Argentina, por ejemplo, y en el rubro que conozco, que es el de la educación de gestión privada, las "conquistas sociales", los "estatutos docentes" y la legislación vigente, hacen que si un docente es despedido, hay que pagarle el oro y el moro.

A eso se suma la muy aceitada "industria del juicio laboral", donde cuervos hematófagos disfrazados de abogados logran sacarle hasta los ojos a los indefensos propietarios de establecimientos educativos, es decir, a gente ilusa que cree que una Argentina mejor es posible, y que decidió poner todo su capital intelectual y económico para contribuir a una educación mejor para un país mejor.

Otro caso es en el de los embarazos, donde pueden llegar a faltar a su trabajo hasta ¡cinco o seis meses! con obligación de abonarles el sueldo completo, duplicando los costos porque obviamente, esa maestra debe ser reemplazada.

Queda claro que en Argentina se defiende al trabajador. Si aparecen cinco docentes que se dan por despedidas por razones reales o fraguadas, la deuda que se origina en la escuela, tarde o temprano la llevará al quebranto económico y consiguiente cierre del establecimiento. Primero los trabajadores, aunque se pierda una fuente de trabajo más.

Desde el default hasta la fecha, desaparecieron sólo en Buenos Aires, más de un centenar de escuelas de gestión privada, la mayoría laicas (las confesionales están subsidiadas por el Estado),ante la más ominosa indiferencia estatal. Nadie salió a su rescate, como sí lo ha hecho el gobierno con tantas empresas, como las de transporte,por ejemplo.

Ni al Sr. Filmus (que empezó con Groso y las escuelas shopping,siguió con la Alianza, y ahora está con los "K"), ni a nadie que haya pasado por el gobierno de la ciudad o por el Ministerio de Educación, se le movió un pelo.

En EEUU también se preocupan por defender las fuentes de trabajo. Pero con pragmatismo anglosajón, en vez de tantas "conquistas sociales", apoyan y defienden a las empresas (lo opuesto que en Argentina,donde los propietarios de escuelas siempre estamos bajo la mira, vistos como potenciales delincuentes).

Si una persona es despedida (lo vemos en las películas),agarra una caja de cartón, pone adentro sus petates, y se va silbando bajito. No hay indemnización, no hay industria del juicio laboral por despido, ni ninguna otra prerrogativa "en defensa del trabajador".

Resultado: Otra persona, presumiblemente más capacitada,ocupará su lugar,y la empresa seguirá funcionando, es decir, brindando fuentes de trabajo a mucha gente. Y el que fue despedido, encontrará trabajo en otra empresa donde sienta más empatía, porque esa otra empresa nunca fue acechada sino defendida por el Estado, y sigue en pie.

Si alguien se embaraza, la empresa tampoco se desangra como en Argentina, porque habrá contratado un seguro, y la compañía de seguros se encargará de pagarle a la embarazada y durante estrictas 12 semanas,un porcentaje de su sueldo, que con suerte y viento a favor, puede llegar a ser de hasta del 60%.

Son criterios...

Lo cierto es que en Argentina ya desaparecieron más de cien escuelas de gestión privada. A razón, digamos (por decir una cifra), de unos cien docentes y administrativos por escuela, se han perdido unas diez mil fuentes de trabajo, mientras una cantidad nimia de individuos indemnizados,gozan de un dinero en grandísima parte mal habido, pero eso sí, bajo el amparo de las leyes vigentes.

¡Viva la Patria!

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy lindo el post LECOUNA...como también el blog...TE FELICITO...!!!

SALUDOS...